lunes, 13 de julio de 2009

Borges y su gato

14º- De Borges, nunca está todo dicho. Para este argentino, poeta, ensayista y escritor, con una vida tan interesante, todo era literatura, hasta el nombre de sus gatos. Uno se llamaba Odín, como el dios de la mitología nórdica.

El otro era el famoso gato peludo, gordo, castrado y blanco, que se acurrucaba en la colcha de su cama.Según algunas fuentes, perteneció en un principio a la hija de la mujer de servicio quien terminó regalándoselo por el cariño que se tenían el gato y escritor. Se llamaba Pepo en honor a Pepona Rinaldi, un jugador de fútbol, pero en cuando el escritor oyó su nombre, recordó el poema veneciano de Lord Byron y exclamó encantado:
¡Ah! ¡Beppo, el gato de Byron! Y con ese nombre se quedó para siempre.
Pues en una ocasión Fanny, ama de llaves de Borges, vio que Beppo se miraba en el espejo y creía ver enfrente a un gato rival. Se lo contó al escritor y así nació este poema:
BEPPO
El gato blanco y célibe se mira
en la lúcida luna del espejo
y no puede saber que esa blancura
y esos ojos de oro que no ha visto
nunca en la casa son su propia imagen.
¿Quién le dirá que el otro que lo observa
es apenas un sueño del espejo?
Me digo que esos gatos armoniosos
el de cristal y el de caliente sangre,
son simulacros que concede el tiempo
un arquetipo eterno. Así lo afirma,
sombra también, Plotino en las Ennéadas.
¿De qué Adán anterior al paraíso,
de qué divinidad indescifrable
somos los hombres un espejo roto?
… y Beppo quedó inmortalizado con estos versos incluidos en su obra 'La cifra' de 1981.

No hay comentarios:

Publicar un comentario