sábado, 1 de agosto de 2009

32º- La Segunda Guerra Mundial fue quizá el conflicto armado más sangriento de la historia mundial, en el que se enfrentaron las Potencias Aliadas (Polonia, Gran Bretaña y Francia) y las Potencias del Eje (Alemania e Italia) entre 1939 y 1945.
Lo que relataré se desarrolló en este período.


El 26 de mayo de 1941 el acorazado alemán Bismarck fue alcanzado por un torpedo enemigo. Tras su hundimiento los barcos británicos recogieron algunos supervivientes pero durante el rescate sonó una alarma submarina y los barcos partieron precipitadamente. Horas después se envió al destructor Cossack, en busca de algún superviviente más o algún resto del enemigo alemán, entre lo que hallaron un cuitado gato negro con un collar donde decía: “Óscar, capitán de corbeta” y a su lado, una cruz gamada seguida del nombre del barco hundido.
Óscar era un gato negro, con un collar natural de pelo blanco, con enormes bigotes canos, unos ojos amarillo oro, y de una edad aproximadamente de un año y medio, muy fino, educado… y aun siendo alemán, nada lo diferenciaba de uno inglés, por ello le perdonaron (al fin y al cabo era “capitán de corbeta”). Respetaron su nombre y en su nuevo collar grabaron:
“Óscar, Royal Navy, 1941”.Durante cinco meses el gato parecía vivir a gusto en el destructor, contemplando las columnas de agua que levantaban las minas.
El 23 de octubre de 1941 el Cossack fue atacado por un submarino alemán. Óscar consiguió salvarse saltando al interior de una barca ocupada por cuatro marineros. Los supervivientes
fueron recogidos y Óscar acabó en el portaaviones Ark Royal, el mismo que, curiosamente, había participado en el hundimiento del Bismarck, su primera casa.
No le costó mucho acostumbrarse a este nuevo hogar donde observaba el despegue de los aviones, sin embargo, días después el Ark Royal llegó a Gibraltar y Óscar desapareció.
Supusieron que se había caído al agua. Sorprendidos, recibieron una llamada de la Comandancia de Marina que les informaba que Óscar estaba allí. Posiblemente se coló en una de las barcas que fueron a tierra donde lo encontraron dos soldados de la defensa antiaérea.
Se le consideraba un gato con suerte por lo que fue reintegrado al portaaviones Ark Royal en una lancha.
La nueva misión de este portaaviones consistía en acercarse a Malta. De regreso hacia Gibraltar lo esperaba el submarino alemán U-81.
Debido al daño que los torpedos del U-81 produjeron en el portaavione
s Ark Royal, se inició la evacuación y Óscar, de nuevo, volvió a salvarse saltando a un bote lleno de marineros que partió rumbo a Gibraltar. El Ark Royal se hundió. El nuevo hogar le había durado a Óscar tan solo tres semanas.
El felino pasó varios meses en la base naval, viviendo en la cocina del pabellón de oficiales. Ahora ningún barco se atrevía a incluirlo en su tripulación: tres barcos hundidos en seis meses era demasiado.

Finalmente, un oficial recién llegado de Belfast (Irlanda del Norte) comentó que en la Casa de los Marinos de esa ciudad había muerto un gato que había convivido muchos años con los marinos jubilados. Ése sería el nuevo hogar de Óscar, y allí vivió hasta que falleció en 1955, con 16 intensos años (1939-1955)