martes, 14 de julio de 2009

21º- Un Papa gatófilo. Es curioso.

Piden a Benedicto XVI que abogue a favor de los gatos negros. La Asociación Italiana para la Defensa de Animales y del Medio Ambiente estima que se matan decenas de miles por mera superstición, ritos satánicos o porque son requeridos por laboratorios cosméticos por su pelaje. Para proteger a los gatos y hacer conciencia, dicha Asociación envió una carta al Papa, conocido amante de los gatos, pidiendo que se pronuncie públicamente a favor de dejar vivir a estos felinos.
La iglesia católica medieval contribuyó a la mala fama del gato negro. Y es que parte de la antipatía hacia los gatos proviene del Vaticano, cuando en el siglo XIV el Papa Clemente acusó a la Orden de los Caballeros Templarios de adorar al demonio en forma de gato. Sería justo que hoy el propio Vaticano cambiara esa imagen.

Al Papa Benedicto XVI se le ha atribuido un gran amor a los gatos. Su familia tenía gatos cuando era pequeño.
Siendo él cardenal Ratzinger, iba a su trabajo saludando a la gente y hablando con los gatos callejeros. Cuentan los alabarderos de la Guardia Suiza que el cardenal llegó una mañana a las puertas del Vaticano con diez gatos siguiéndole. “Cuando el Cardenal se acercaba, los gatos alzaban la cabeza y lo saludaban” dijo el Arzobispo de Génova (antiguo colaborador del entonces Cardenal Joseph Ratzinger),

Compartía con dos gatos (uno de ellos recogido de la calle siendo Cardenal de Roma) un apartamento en la plaza de la Citta' Leonina, a 200 metros de San Pedro, hasta que fue elegido Pontífice.

Por otra parte, ha salido a la venta en Italia un libro infantil de 44 páginas titulado "Joseph y Chico. La vida del Papa Benedicto XVI contada por un gato” Su autora es la italiana Jeanne Perego y la ilustradora Donata Dal Molin Casagrande. Se vende en librerías alrededor del Vaticano desde octubre de 2007.

Está en su mayor parte ambientado en Alemania, en los años anteriores a que Benedicto XVI fuera elegido Papa en abril del 2005. Chico es un gato verdadero, un Tabby naranja que pertenece a una pareja en la ciudad alemana de Pentling, en donde Joseph Ratzinger vivió, hasta que en 1981 se mudó a Roma. La pareja cuida la casa en donde él esperaba retirarse de no ser elegido Pontífice.

Pero… ¿Qué pasó después con sus gatos?
Sabemos que León XIII llevó a San Pedro a su gato Micetto, que hasta le acompañaba en las audiencias, jugueteando bajo su sotana. Pablo VI, tenía unos canarios y Juan Pablo II tenía dos palomitas blancas.

En el caso de este Papa, he indagado mucho sobre esto, pero si bien, la mayoría dice que el Papa finalmente ha llevado a sus dos gatos al Vaticano, otros afirman que desafortunadamente los felinos no viven con su amo pero él está siempre informado de cómo se encuentran.

…y por peticiones que no quede. Grupos de defensa de los derechos de los animales instan a Benedicto XVI a que deje de llevar armiño en sus gorros, tocados, y ropas. La verdad, yo también se lo pediría por muchas razones: porque hay materiales alternativos más económicos, por tanto es un lujo innecesario y en definitiva, para no tener que matar animales ni hacerles sufrir…

… Si verdaderamente es amante de los animales, me entenderá