martes, 4 de agosto de 2009

35º- El Titánic fue el barco de pasajeros más grande y lujoso de la época, propiedad de la White Star Line. La noche del 14 de abril de 1912, durante su viaje inaugural, chocó contra un iceberg y en cuestión de horas se hundió. El siniestro se saldó con la muerte de 1517 pasajeros por ahogamiento o hipotermia, lo que supone un gran desastre marítimo y sin duda el más famoso.
El barco era comandado por el más experimentado y prestigioso de la Compañía: el veterano capitán Edward John Smith, quien previamente al viaje expresó que éste iba a ser su último mando antes de jubilarse.
El Titanic se diseñó usando algunas de las más avanzadas tecnologías disponibles en aquel tiempo, no teniendo rival en lo que se refiere a lujo, elegancia de estilo clásico y equipamiento.
Disponía de hospital, salones, piscina, gimnasio, biblioteca, cancha de squash, y baño turco, entre otras comodidades (para uso exclusivo de primera clase). Otro lujo al alcance de los más ricos era viajar con su perro: el barco disponía de confortables caniles para los perros de Primera Clase en la Cubierta F, si bien es cierto que hubo quien la prefirió en su camarote.

Se ha hablado poco acerca de los perros que viajaban a bordo del Titanic. Según los documentos de la operadora de la empresa “White Star Line” y testimonios de los sobrevivientes, se sabe que a bordo del Titanic viajaban cierto número de perros, todos ellos pertenecientes a pasajeros de primera clase. Y es que el precio del billete no era barato. Por las mascotas se cobraba el mismo valor que por un niño, por eso sólo los pasajeros de Primera Clase podían darse el lujo de viajar con sus mascotas.
Varias veces por día, un miembro de la tripulación los soltaba y los hacia caminar en la zona de la popa del barco.

Tras el choque, los perros fueron liberados de los caniles para evitar que quedaran atrapados. Hubo versiones indicando que se había visto a John Jacob Astor liberando del canil a su perra Kitty y a los otros perros cuando se dio cuenta de que el barco se hundía y que para luchar por sus vidas sólo les quedaba nadar y resistir.

De ellos se sabe que sobrevivieron al naufragio:

- "Sun Yat Sen", un Pekinés, propiedad de Henry Harper, un acaudalado empresario británico, quien junto con su esposa lograron ser rescatados.


- "Lady", de raza Pomerania, que viajaba con su dueña Margaret Hays, quien lo metió en su bolso antes de subir al bote salvavidas. Ambas fueron rescatadas.

- Un otro Pomerania, del cual se desconoce su nombre, propiedad de Elizabeth Barrett Rothschild, quien viajaba junto a su esposo. Este último perdió la vida en el naufragio.


De los perros que perecieron se sabe que había:

- Un Chow-chow que viajaba con el señor Harry Anderson.


- "Kitty", un Airedale terrier del Sr. Jacob Astor.
- "Frou frou", un perro pequeño, que había sido adquirido pocas semanas antes en Florencia (Italia) por Helen Bishop, que se encontraba con su esposo de viaje de luna de miel por Europa.

- William Carter, abordó con sus hijos pequeños, su esposa Lucile, y también con un “King Charles Spaniel” y otro perro de raza pequeña, quizá un viejo Airedale terrier.

- Un Gran danés (aunque otras versiones dicen que podría haber sido un San Bernardo o un Terranova) propiedad de Anne Isham, soltera de 50 años, que fue victima del hundimiento al no dejarla subir al bote con su perro.

- "Gamin de Pycombre", un Bulldog francés Campeón de color negro propiedad de Robert Daniel. Su dueño sobrevivió al naufragio y meses después exigió en una demanda a la empresa propietaria del Titanic la devolución de los 750 dólares que había pagado por su perro, una verdadera fortuna para la época.

Se había previsto la organización de un pequeño show- exposición canina para el lunes 15 de Abril, de lo que se deduce que posiblemente hubiese algún perro de raza más.
Entre los restos del naufragio, un testigó vio mientras le subían al Carpathia (primer barco en llegar al lugar de los hechos a buscar sobrevivientes), al bulldog en los brazos de una mujer, ambos muertos, flotando en el mar.
También se vio a una mujer, con su respectivo chaleco salvavidas colocado y sus brazos amarrando a un perro de tamaño grande. Quién sabe si se salvaron.

No me olvido de otro perro de raza Terranova llamado Rigel. Un héroe. Pero esa es otra historia...