sábado, 9 de julio de 2011

Marchando una de canarios!!

87º-He leído una noticia que me ha llamado la atención: que algunos pájaros cantan más debido al ruido de las ciudades. Bueno, son conclusiones a las que llegaron unos investigadores y que fueron publicadas en la revista “Behavioral Biology”
Pues esto me trajo a la mente un recuerdo de mi época de criadora de canarios…
Tuve varios canarios. Todos ellos con una personalidad muy definida, digan lo que digan. Tuve una hembra naranja. Ni recuerdo ahora mismo su nombre. Me la vendieron en un mercado de Portugal diciendo que era un macho y yo me la traje feliz en una cajita de cartón con agujeros hechos con un boli. No cantaba y eso ya me mosqueó. Pero mi sorpresa fue mayúscula cuando, después de arrancarle todas las plumas de la cola a su compañero, empezó a dejarme huevos cada mañana durante varios días. No estaban fecundados, entre otras cosas porque su amante Romeo era jovencito e inexperto, pero sobre todo por lo acorbardado que estaba, a juzgar por cómo le gritaba al pobre. Ni se movía de su esquina. Tuve que separarlos.
En una ocasión, puse una planta al lado de la jaula. Pues a ella no le pareció buena idea, de hecho piaba con tanta fuerza y frecuencia que se quedó afónica, algo lógico después de verla como abría la boca y estiraba la lengua para realizar aquellos “graznidos”. Tuve que retirar la planta para que no le diera un infarto.

Romeo era amarillo. Un malinois, con un canto suavecito, parecido a un gorjeo. Compartía balcón con un magnifico timbrado español, que tenía más de español que de timbrado… no cantaba nada… Me recomendaron que le pusiera unos cassettes con cantos de pájaro, y así lo hice y en poco tiempo el sonido de mi Pavarotti retumbaba por todo el patio de luces.

Pues Romeo y Pavarotti no se veían, pero se oían. Con el tiempo, a Romeo dejé de oirlo. Será la muda, me dijeron… pero el caso es que Pavarotti se mataba entero cantando, tanto que hasta parecía que había ampliado su repertorio y podía cantar a dos voces. Tremenda sorpresa me llevé cuando descubrí que el malinois había aprendido a imitar al timbrado, dejando de lado su canto original… no sé si eso es habitual, pero doy fe que eso es posible.

Fueron años muy alegres con estos cantarines compañeros… Ella se fue después de 2 ó 3 días de apagarse como una velita. Romeo se murió inesperadamente, cantando sin parar. Pavarotti se hizo viejito y pude ver cómo en cosa de una semana se le fueron plegando las patas hasta que no se podía levantar… murió enseguida.

Pasaron ya muchos años, pero mira por dónde, todavía me acuerdo claramente… son esas cosas que no quisiera que se llevara por delante el Alzheimer