domingo, 18 de noviembre de 2012

El Año chino y el gato

106.- Cuenta una leyenda que con motivo del nuevo año chino Buda convidó a todos los animales a una fiesta en su reino a fin de restablecer el orden del mundo.
Tan sólo se presentaron doce animales y Buda les recompensó por su lealtad otorgándoles un año a cada uno de ellos.
Los animales llegaron de forma escalonada y el orden en que llegaron dice algo acerca de su personalidad.
Dicen que cuando la Rata recibió la invitación se apresuró a engañar a su mejor amigo el Gato proponiéndole que echaran una cabezacita pero que se despertarían el uno al otro para que pudieran ser los primeros en llegar a Buda.
Naturalmente, el Gato confió en su vieja amiga la Rata y se quedó dormido al instante.
En cambio la Rata, astuta como era, se apresuró a esconderse en la oreja del Buey, pues sabía que éste solía despertarse temprano. Tal como era de esperar, el Buey despertó al alba y emprendió el viaje fatigosamente hacia Buda.
Justo cuando las grandes puertas del palacio se empezaban a vislumbrar a lo lejos la Rata saltó de la oreja del Buey, salió pitando y fue el primer animal en llegar a Buda. Luego llegarían el Buey, el Tigre, el Conejo, el Dragón, la Serpiente, el Caballo, la Cabra, el Mono, el Gallo, el Perro y, finalmente, el cerdo.
El Gato se quedó dormido, claro está, y nunca llegó a la fiesta de Buda. Por esa razón, no hay ningún año que lleve el nombre del Gato y, desde entonces, el Gato y la Rata siguen siendo hoy enemigos.

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