84º- Cuenta la leyenda que hace tiempo, mucho tiempo atrás, un peregrino portugués
con destino a Santiago de Compostela fue acusado por las autoridades de espía, así que decidieron condenarle a la horca.
Seguro de su inocencia, el hombre pidió que lo llevaran ante el juez, quien se preparaba para comer un gallo asado con unos amigos, entonces el peregrino afirmó:
"Si me ahorcan, el gallo cantará porque soy inocente".
Dicho y hecho. Lo ahorcaron y el galló cantó. Así nació la leyenda de uno de los mayores símbolos de Portugal, el Gallo de Barcelos.
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