
Descubrió muchas cosas, entre ellas, la rana gigante Goliat… Pero se hizo conocido accidentalmente cuando encontró a Copito de Nieve, el único gorila albino del mundo del que se tenga noticia.
Fue hallado en la Selva de Nko (Guinea Ecuatorial) y fue recogido después de que un campesino de la etnia fang matara a su madre, a la que culpaba de dañar sus cultivos. Estos cazadores se lo vendieron al profesor Jordi Sabater Pi por unas 15.000 pesetas. Éste lo trajo a España en 1966.
Por su desarrollo dental, se calculó que contaba aproximadamente con dos años de edad
A su llegada a Barcelona en 1966, Copito residió durante un año en la casa del veterinario del Zoo, Ramon Luera, para facilitarle la adaptación al n

Tuvo varias compañeras con las que ha tenido hasta 21 hijos e hijas, de los cuales han sobrevivido 6: Urko, Machinda, Ntao, Kena, Bindung y Virunga
Se alimentaba de leche desnatada, verduras, yogur y fruta, lo cual le permitió llegar a la nada despreciable edad de 40 años, que equivalen a 100 años humanos, a pesar de su albinismo.
El albinismo es una carencia absoluta de melanina, el pigmento que da color al pelo y a la piel, y que también nos protege de los efectos dañinos de la radiación ultravioleta del Sol.
Dado que su albinismo era de carácter hereditario recesivo y que las hembras con las que se apareó (Ndengue, con la que ha vivido hasta última hora, Bimvili y Yuma) no tienen el gen del albinismo, no hay posibilidades de que sus descendientes sean albinos hasta por lo menos la segunda generación. Por el momento, ninguno de sus nietos lo son.

El mal que lo hizo famoso, también acabó con su vida: un cáncer de piel provocado por la exposición a la radiación solar. Sus cuidadores siempre han procurado que pasase el mayor tiempo posible a la sombra, pero esto no impidió que desarrollara un cáncer de piel irreversible y agresivo, aunque de evolución lenta, detectado unos 3 años antes de morir.
Estos últimos años se le trató de cataratas. Además Copito fue cuidado por su cáncer. Sin embargo al ver que las células cancerosas se volvían a reproducir, se decidió no optar por duros tratamientos y dejar que el gorila viviera tranquilo lo que le quedase de vida. Se le suministró antidepresivos, antiinflamatorios, antibióticos, y un tratamiento suave de quimioterapia con el fin de paliar en lo posible los efectos del cáncer.
Los expertos afirman que si no hubiera sido por el cáncer, Copito hubiera fallecido por problemas cardiovasculares, de hígado o de páncreas, debido a su avanzada edad. Por otra parte, en la naturaleza dado su albinismo posiblemente no podría haber llegado a la edad adulta.
A Copito se le practicó la eutanasia para evitar m

También se guardaron fluidos, tejidos y cerebro del gorila en el Banco de Tejidos Animales, mientras que al Instituto Dexeus irá a parar su epidídimo, con el fin de conservar sus células germinales. Pero Copito no será ni disecado ni expuesto en un museo.
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