152.-¿Conoces la historia de Simon, el gato marino?
Cuentan que Simon era un gato callejero en las calles de Hong Kong. Tras abordar el barco HMS Amethyst este fue atacado por el ejército Chino en 1949, causando numerosas bajas y heridas en la tripulación. Simon fue herido por metralla en el ataque, pero aún así tenía una misión que cumplir y era la de mantener a raya a las ratas para evitar que se contaminara la comida. Este felino llevó a cabo su cometido de excelente manera, lo que supuso que el resto de la tripulación, que no murió en el ataque, pudiera sobrevivir gracias a los alimentos que Simon había protegido celosamente.
Simon recibió la medalla PDSA Dickin que es el equivalente a la Cruz Victoria que se da a los soldados por sus méritos. Al año siguiente, cuando el felino murió, fue enterrado con honores navales.
viernes, 29 de julio de 2016
jueves, 16 de julio de 2015
Los escritores y sus mascotas
151.- http://mund0-f3liz.blogspot.com.es/2012/01/los-escritores-y-sus-mascotas.HTML
CARLOS MONSIVÁIS, LORD BYRON, VIRGINIA WOOLF, TRUMAN CAPOTE, CYRIL CONNOLLY, WILLIAM BURROUGHS, PAUL BOWLES, JULIO CORTÁZAR, ROSA MONTERO Y ALFREDO BRYCE ECHENIQUE.
CARLOS MONSIVÁIS, LORD BYRON, VIRGINIA WOOLF, TRUMAN CAPOTE, CYRIL CONNOLLY, WILLIAM BURROUGHS, PAUL BOWLES, JULIO CORTÁZAR, ROSA MONTERO Y ALFREDO BRYCE ECHENIQUE.
miércoles, 15 de abril de 2015
Humanos, yo sé... (una noche de insomnio)
150.- Yo sé lo que siente un perro cuando mira y nadie le mira
Yo sé lo que siente un perro cuando con una mano lo acarician y con el pie le dan una patada
Yo sé qué siente un perro cuando mueve la cola y nadie le hace caso
Yo sé lo que siente un perro cuando busca a alguien que no le quiere encontrar
Yo sé lo que es buscar hasta en el vertedero
Yo sé qué es perseguir a quien te ahuyenta
Y sé lo que es cuidar a los que planean abandonarte en la cuenta…
En resumen… sé lo que es que te miren mal mientras apuntan bien con una piedra. Que te usen, que te atropellen, que te hieran, que te ignoren, que te tiren a la basura y te dejen morir...
Así que, animal de dos piernas, no te extrañes cuando prefiero ayudar a un perro antes que a ti
No te escandalices si paso a tu lado y no sufro tu dolor
Yo sé lo que siente un perro cuando con una mano lo acarician y con el pie le dan una patada
Yo sé qué siente un perro cuando mueve la cola y nadie le hace caso
Yo sé lo que siente un perro cuando busca a alguien que no le quiere encontrar
Yo sé lo que es buscar hasta en el vertedero
Yo sé qué es perseguir a quien te ahuyenta
Y sé lo que es cuidar a los que planean abandonarte en la cuenta…
En resumen… sé lo que es que te miren mal mientras apuntan bien con una piedra. Que te usen, que te atropellen, que te hieran, que te ignoren, que te tiren a la basura y te dejen morir...
Así que, animal de dos piernas, no te extrañes cuando prefiero ayudar a un perro antes que a ti
No te escandalices si paso a tu lado y no sufro tu dolor
Ni me maldigas si prefiero a la basura antes que a ti
Ni te preguntes por quién lloro: seguro que no es por ti
Tampoco te preocupes si me ves sola: no es tu compañía la
que deseo
Ni tampoco si me ves ausente: no es en ti en quien pienso
Y menos si me ves cabizbaja… es que rehúyo tu imagen
Porque tú, pobre idiota, no vales nada para mí…
… yo para ti, humano, lo único que tengo, si acaso, son mordiscos
domingo, 25 de enero de 2015
Un tripulante inesperado
149.- Los animales siempre han acompañado
al hombre generosamente. Sin embargo éste no ha sido generoso con ellos. Más bien ha sido y sigue siendo cruel y despiadado.
No era suficiente el sufrimiento que les causa en la tierra (granjas, mataderos, circos, acuarios, tiendas, industrias, matanzas, dejadez, zoofilia…) sino que ha decidido unilateralmente que para realizar ciertos estudios pueden ser enviados al espacio, sin billete de vuelta en muchos casos.
No era suficiente el sufrimiento que les causa en la tierra (granjas, mataderos, circos, acuarios, tiendas, industrias, matanzas, dejadez, zoofilia…) sino que ha decidido unilateralmente que para realizar ciertos estudios pueden ser enviados al espacio, sin billete de vuelta en muchos casos.
Me acuerdo de la perrita Laika porque
se hizo más o menos famosa… no porque de vuelta le dieran una vida maravillosa
como se dijo: la realidad es que no volvió ni podía volver pues el
proyecto no estaba preparado para que lo hiciera.
Además de otros perros, viajaron
al espacio monitos, chimpancés, moscas, caracoles, arañas, mariposas, ratones, ratas,
gatos, peces, tortugas… eso sin contar con algún polizón como en la
nave Apollo en 1975, que se subió un enorme e incauto mosquito
procedente de las lagunas de Florida.
sábado, 22 de noviembre de 2014
¿A quién rezarle?
148.- ¿A quién rezarle?
Abejas: San Ambrosio de Milán (en su cuna unas abejas destilaron miel en su boca), San Bernardo (por la miel de sus palabras, es llamado Doctor Melífuo), San Juan Crisóstomo (también, por la dulce elocuencia de sus palabras), Santa Rita (unas misteriosas abejas blancas visitaron su cuna y luego su cadáver incorrupto), San Pablo Aureliano (amansó a unas salvajes, llevándolas a las colmenas), San Amado (las cuidaba en su huerta), Santa Pomposa (por asociación al sitio donde fundó su monasterio "Pico colmena").
Águila: San Adalberto de Praga, San Florián, San Guido, Santa Martina (todos, velando sus cadáveres), San Estanislao de Cracovia (unas águilas blancas cuidaron su cadáver desmembrado) , San Antolín de Pamiers (dos águilas blancas que velan sus reliquias), San Bertulfo, San Medardo de Noyon (en ambos, con las alas desplegadas que les sirven de paraguas), Santa Prisca, San Juan Evangelista, San Eliseo (bicéfala, significa el espíritu de doble profecía que le deja San Elías), San Gisleno (un oso robó sus ropas mientras se bañaba en un río y las águilas preservaron su modestia, no dejando acercarse a nadie mientras obligaban al oso a devolverlas).
Alondra: Santa Coleta de Corbie.
Anguila: Santa Isberga.
Araña: San Conrado de Constanza (una cayó en el cáliz mientras decía misa y, pensando era venenosa, sumió la Sangre, por su fe), San Norberto de Prémontré (sobre un cáliz), San Félix de Nola (cuando lo perseguian, el santo se escondió en una cueva y una araña hizo su tela rápidamente, por lo que no le buscaron alli, pensando que nadie habría podido entrar sin romper la tela).
Asno: San Auberto de Cambrai (cargado con dos alforjas o cestos de panes), San Antonio de Padua (arrodillado ante la Custodia), San Florencio, San Francisco de Paula, San Germán de Auxerre (uno, al morir su dueño, se apegó al santo para siempre), San Hilario, San Juan Crisóstomo, San Filiberto de Jumiéges, San Rieul, San Seine, Santa Austreberta, Santa Francisca Romana, San Balaam (parlante), Sagrada Familia, San Ramón Nonnato (su cuerpo fue puesto sobre uno, que decidió en que iglesia sería enterrado), San Leonardo de Noblac (montado sobre uno; el rey Clotario le prometió darle todo el terreno que pudiera recorrer montado sobre uno, así nacieron el monaterio y la ciudad de Noblac).
Ave muerta y resucitada: San Aldebrando (un perdigón), San Nicolás de Tolentino (una perdiz).
Avispas: San Marcos de Arethusa (fue untado con miel, suspendido de un árbol de dejado morir por las picaduras de avispas venenosas)
Ballena: San Jonás; San Macuto.
Basilisco: San Siro de Génova (pisoteado), San Trifón (domesticado), San Juan de Réome (extraído de un pozo y encadenado)
Buey: San Cornelio, San Gonzalo, San Guido de Arlecht, San Leonardo, San Lucas Evangelista, San Sebaldo, San Silvestre, Santo Tomás de Aquino (le llamaban el buey mudo, por su corpulencia y mansedumbre), San Wendelin, Santa Frideswida, San Bovo, San Eugenio, San Fursey (estos últimos, dos bueyes), San Herbot (solo la cabeza), San Isidro Labrador (pareja, tirada por un ángel), San Eliseo (araba con doce yuntas cuando San Elías le llamó), San Demetrio Bassaravob (su cuerpo fue puesto sobre uno, que decidió en que iglesia sería enterrado).
Búfalo: San Calais, San Renan de Bretaña (dos tiraron el carro con su cadáver y la mujer pagana que le había acusado en vida les golpeó en un cuerno y al instante se la tragó la tierra en medio de fuego y humo).
Caballo: San Crisógono, San Constantino, San Eloy (una pata de caballo, por presuntuoso, un joven hizo el milagro de herrar un caballo cortandole la pata y poniendola en su sitio después), San Eustaquio, San Jorge (cargando contra el dragón o contra los sarracenos), San Huberto (patrón de los cazadores), Santiago el Mayor, San Longinos (al pie de la cruz), San Martín de Tours (compartiendo su manto), San Pablo (desmontado en el camino de Damasco), San Foibamón, San Segundo, San Teodoro, San Wendelin, San Alejandro, Santa Irene (acostado), San Conon, San Alejandro, Santa Engracia, Santa Quinta de Alejandría (a los cuatro últimos, arrastrándoles por el suelo), San Andrés Corsini (en la batalla de Anghiari se le vio volando en uno, como a Santiago en Clavijo), San Elías (halando un carro de fuego), San Kirián (resucitó uno, cuando era niño), San Hipólito (descuartizándole), San Sansón de Dol (resucitó a un niño que cayó de un caballo), San Equicio (pasó muchos años viajando predicando y a veces desde el mismo caballo predicaba), San Norberto (un rayo lo tumbó de su caballo, haciéndole convertirse, en agradecimiento por salvar la vida), San Mauricio, San Mercurio (derribando a Juliano el Apóstata), San Fernando, Santa Juana de Arco, San Obizio de Nardo, San Segundo de Asti, San Nicetas y santos soldados en general.
Cabra: San Juan María Vianney (de niño fue pastor de 3 cabras y un asno).
Camello: San Afrodisio de Béziers, San Menas de Cute (10, arrodillados), Santos Cosme y Damián (parlante), Santos Juliano y Cronión (sobre uno, siendo apaleados).
Cangrejo: San Francisco Javier (devolviendo a la playa un crucifijo caído al mar).
Caracol: San Germán el Paralítico (A sus pies un caracol. Alegoría a su más famoso poema comienza comparando su intelecto con la lentitud de un caracol, con respecto a los filósofos. Se le atribuye el "Alma Redemptoris Mater").
Cerdo: San Antonio abad (los monjes antonianos tenían privilegio de tener cerdos, les ponían una campanilla para que nadie los tocara, de ahí, pasó a las imágenes de San Antón), San Valentín, San Blas (ofrenda hecha al santo encarcelado por una pobre).
Cierva: San Fructuoso, San Isidoro, San Lupo, San Wulmaro, San Amador, San Esteban, San Mamés, Santa Genoveva de Brabante (a los cuatro últimos los amamantó una), San Gil (perseguida por cazadores), San Goar (tres), San Calogero de Sacca (una cierva herida se refugió en su gruta), San Kevin (una le acompañaba en su gruta).
Ciervo: San Abundio de Como, Santa Catalina de Suecia (la defendió de un noble que la acosaba), San Huberto, San Eustaquio, San Meinulfo (estos tres, con cruz entre las astas), San Félix de Valois (con cruz roja y azul entre las astas), San Bassiano de Lodi (tres), San Mungo (una pareja tirando de un arado), San Donaciano, San Lamberto, San Osvaldo, San Procopio de Bohemia, San Régulo de Senlis, Santa Mildred, Santa Ida de Herdzfeld (con astas luminosas), San Edern de Bretaña; San Thelleau (ambos cabalgando sobre uno), San Julián Hospitalario (uno le profetizó que santo mataría a sus propios padres).
Cigüeña: San Agrícola de Aviñón (tritura una serpiente con el pico), Santa Faraílde de Gand.
Cisne: San Cutberto; San Hugo de Lincoln (amansó a uno salvaje y peligroso que, desde entonces, le acompañó siempre).
Cocodrilo: San Teodoro de Egipto.
Comadreja: Beato Jordán de Sajonia (podría ser por su inteligencia, según un criterio muy acertado de Meldelen, colaboradora).
Conejo (o liebre): San Alberto de Siena (refugiado en la manga de su hábito), San Marculfo de Nanteuil, Santa Genoveva de Brabante (le hacían compañía)
Cordero u oveja: San Abraham el Patriarca (era pastor antes que Dios le llamara), San Juan Bautista (alusión a su anuncio de Cristo como "Cordero de Dios"), Santa Inés, San Francisco de Paula, San Francisco de Asís, San Alano, Beata Jacqueline (San Francisco le regaló un corderito que la acompañaa a todos los sitios, incluido a misa), Santa Teodora o Teodoro (con leche de oveja crió al hijo que le achacaron), San Joaquín (retirado entre pastores), San Cutberto de Lindsfarne (fue pastor), San Wendelin, Santa Genoveva, Santa Solemnia, Beatos Francisco y Jacinta de Fátima, San Benito de Palermo, Santa Germana de Cousin, San Serafín de Montegranaro, Santa Margarita la Descalza, Santa Brígida de Kildare, San Pedro Chanel, San Sebastián de Aparicio, San Benito el pastor, Santa Coleta de Corbie, San Juancito Costa, San Pascual Baylon, Santa Regina, Santa Solange de Borgues, Santa Panacea, San Zozonte (todos fueron pastores siempre, o de niños; los cuatro últimos, además mártires).
Cuervo: San Benito de Nursia (uno arrebató un pastel envenenado que le enviaban al Santo), San Elías, San Pablo ermitaño, San Erasmo (los tres, con pan en el pico, para alimentarles), San Expedito (pisado), San Vicente (defienden su cadáver), Santa Ida de Toggenburg (con un anillo en el pico, que robó a la santa. Lo halló un cazador, y el esposo de Ida pensó que esta le engañaba, por lo que la arrojó por una acantilado. Ida quedó ilesa, pero desde entonces llevó vida de eremita reclusa), San Meinrado (dos), San Bonifacio de Fulda.
Delfín: Santa Petronila (es la protectora de los "Delfines", príncipes herederos de la corona francesa), San Basilio "el joven" (lo devolvieron sano a tierra cuando lo lanzaron al mar).
Dragón: San Adelfo de Neuviller, San Jorge, Santa Isabel de Shönau (tenía grendes tentaciones, que logró vencer), Santa Marta (amansado, a veces es un cocodrilo), Santa Margarita de Antioquía (saliendo de él), Santa Marina de Ourense, San Armelio (exorcizado, atado con su estola), San Beato (destruyó a uno que vivía en una cueva en Thun y luego la ocupó el santo), San Bernardo de Menthon, San Clemente de Metz, San Mercurial de Forli, San Rufillo de Forlimpopoli, San Domiciano (en ambos, atravesado con una cruz), Santa Domenica de Campania (simboliza el pecado que ella superó con su martirio), Santa Victoria (encadenado), San Pablo Aureliano (mató a uno en Batz), San Amando (sobre uno), San Donato (alejó a uno de su cueva), San Marcelo de París (mató uno), San Teodoro de Heraclea, Santa Juliana de Nicomedia (la mayoría de las veces en vez del dragón, es un diablo).
Escorpiones: Santa Tecla, Santa Mohrail (en su martirio, las echaron a ellos, pero no las picaron), San Terenciano de Todi (con ellos lo martirizaron), San Julián de Anarzaba (fue metido en un saco lleno de escorpiones y arrojado al mar).
Gallina: Santa Begga (incubando siete polluelos), Santo Domingo de la Cazada, Santa Emeline de Boulencourt (era la encargada de la granja de su monasterio, donde alcanzo grandes gracias místicas).
Gallo: San Pedro Apóstol, San Vito.
Gaviotas: San Cutberto de Lindsfarne (ellas los inspiraron a construir una pequeña ermita en la isla hoy llamada Saint Cutberth)
Halcón: San Agilulfo de Colonia, San Osvaldo Rey (murió durante una sesión de cetrería), San Bavón de Gante (practicaba la cetrería).
Hiena: San Macario de Alejandría (era tanta su caridad, que sanó, con su saliva, a una cría de hiena)
Jabalí: Santa Kew de Wryry (domó una bestia, que otras versiones ponen como un oso, en la región de Cornwall), San Pablo Aureliano (domó uno en Lyon), Santa Maximiliana Bona (dominó uno, que le acompañaba siempre), San Conrado de Piacenza (cazando uno incendió un monte, por lo que culparon a otro. El santo hizo penitencia toda su vida por ello)
Langostas (o grillos): San Gregorio Ostiense (hizo desaparecer una plaga de estos insectos en Nájera y Logroño)
León: San Adrián de Nicomedia, San Agapito de Preneste (dos; después de varios tormentos lo arrojaron a los leones, que no le tocaron), Santos Abdón y Senén (no los tocaron en su martirio), San Blas (dos, los protegió de unos cazadores), San Antonio Abad (dos le ayudaron a enterrar a San Pablo Ermitaño), San Pafnucio (dos le ayudaron a enterrar a San Onofre) San Jerónimo (en la cueva de Belén, uno le acompañó), San Marcos Evangelista, (un león alado, por uno de los seres vivientes del apocalipsis), Santos Taraco, Probo y Andrónico, (no les hicieron daño, incluso le lamieron las heridas de los pies), San Mamés (no le hizo daño, incluso le lamió las heridas de los pies), San Publio (fue devorado por dos leones), Santa Daría (uno se escapó de su jaula para protegerla de una violación), San Germánico (con su mano en la boca del animal, pues este no quería hacerle daño y el santo lo provocó), Santos Primo y Feliciano (les lamieron las heridas de los pies), San Daniel Profeta (lo echaron a un foso de leones, que lo respetaron), Santa Pelagia de Tarso (cuatro, que velaron sus reliquias hasta ser enterradas), Santa Eugenia (Eugenio) de Cartago (vivía como monje, fue acusada de violación y arrojada a los leones; alli descubrió su pecho femenino y fue liberada), San Gerásimo (curó a uno de una espina en una pata y vivió con el en la cueva; por error en el nombre, se lo han puesto a San Jerónimo), San Basilio "el joven" (lo respetó en su martirio), Santa Blandina de Lyon, San Maturo, San Atalo, San Alejandro, San Póntico (compañeros de Blandina), Santa Dominga de Campania, San Justino Mártir, Santas Justa y Rufina, Santa Martina, Santa Tecla, Santa Prisca, Santa Eufemia, Santa Taciana, Santa Marciana, Santa Gliceria, Santa Lelia, y santos mártires en general.
Leopardo: Santos Tirano y Cenobio (no les hicieron daño, aunque los santos los provocaban), Santa Marciana (en su martirio, uno le mordió el cuello)
Leviatán o mounstruo marino: San Columbano de Iona (con su bendición ahuyentó al "mounstruo del Lago Ness"), San Calistrato (atravesó el mar sobre uno, para animar a los soldados cristianos de Cartago)
Lobo: San Francisco de Asís (domesticó uno que asolaba los bosques de Asís), Santa Columba, Santa Austreberta (devorando el asno del convento), San Gens (tirando de un arado junto a un buey), San Rómulo de Fiésole (una loba lo amamantó de bebé, y por eso le pusieron el nombre en el bautismo, recordando al legendario Rómulo), San Franco de Assergi (con un niño en las fauces, pues resucitó a un bebé casi devorado por un lobo), San Sergio de Radonezh (amansó a los salvajes), San Conrado de Offida (protegió y amansó a uno muy fiero, que sirvió de guardián en el convento por siempre), San Ricardo de Santa Ana (de niño uno lo atacó y Santa Ana lo sanó milagrosamente), San Wolfang (por asociación, pues su nombre significa "el que anda como un lobo"), San Edgar, rey (libró a Northumbria del azote de los lobos salvajes), San Herbert de Bretaña (uno devoró el burro de un monje y el santo se arrodilló en la oración y el lobo haló el carro), Santa Clara de Asís (salvó a un niño atacado por un lobo, cuando la madre del niño la invocó), San Remaclus de Stavelot (uno se comió a su cabalgadura y el santo montó sobre él).
Lobo marino: Santa Tecla (la arrojaron a un foso, pero las bestias murieron antes de tocarla)
Mirlo: San Benito (el diablo pretendía distraerlo de sus oraciones y trabajo de esta forma)
Moscas: San Narciso de Gerona (en la invasión napoeónica, unas misteriosas moscas salieron de su sepulro, cegando a los soldados franceses.)
Mula: San Félix de Abbir (lo ataron sobre una, para que llegase vivo al martirio, de anciano que era), San Guillermo de Fenoglio (en las manos, una pata de mula arrancada. Se le suele lamar el santo "del jamón"), Santa Nennoc o Cándida de Plomme
Nutria: San Cutberto de Lindisfarne (adoctumbraba a bañarse en el mar, y cuando hacía frío, dos nutrias le daban calor)
Oca o Ganso: Santa Amelberga de Gante, Santa Vereburga (resucitó un ganso salvaje que un sirviente había asado por error), San Baudolino de Alessandría (alejó unas ocas que destrozaban cosechas en Foro), San Cerbone (bendijo unos gansos salvajes que le acompañaron mansos hasta Roma, como regalo al Papa)
Oso: Santa Columba de Sens, Santa Corcica (en los dos casos un oso se escapó de su jaula para protegerlas de una violación), San Corbiniano (uno se comió el caballo del santo, que lo cargó con sus bultos y se montó sobre él), San Franco de Assergi (una osa le condujo a su cueva, donde el santo llevó vida eremítica más escondido aún), San Columbano de Luxeuil, San Viance (tirando de un arado junto a un buey) Santa Ricarda de Germania, San Maximinio de Tréveris (uno lo acompañó en su viaje a Roma), San Agapio (no le hizo daño en su martirio), San Agapio de Palestina (él mismo se abalanzó a una osa que lo hirió de muerte), Santa Eufemia de Calcedonia (uno devoró su cuerpo), Santa Ripsimena de Armenia (un oso coronado, pues su asesino, el rey Tiridates, se convirtió en oso hasta que San Gregorio el Iluminado oró por él), Santos Abdón y Senén (no les hizo daño en su martirio), San Sergio de Radonezh (domesticó a los que habían en el bosque donde se retiró como eremita), San Cerbone (el rey Totila lo desterró a un bosque a que los osos lo asesinaran y uno de ellos se acercó mansamente y le lamía los pies, protegiéndole), San Vedasto de Arras (domesticó a uno que en Arras, atacaba a las personas y animales), San Gisleno (uno le enseñó el sitio donde fundar su monasterio), San Gall (encontró una gruta habitada por un oso y le ordenó le trjese leña y luego se marchara), San Romedio (uno se comió su caballo y el santo le puso los arreos, usándolo de cabalgadura y dejándolo libre luego), San Gisleno (uno le robó sus ropas y unas águlias lo obligaron a devrolverlas).
Pájaro: Santa Cecilia (en las primeras representaciones medievales, aparecía con un ruiseñor o jilguero, por lo de la armonía y la música, hoy no se representa así), San Ricardo de Chichester (los protege bajo su capa, pues prohibió los mataran para alimentarle), Santa Rosa de Lima (un ruiseñor cantaba en su ventana en la Cuaresma), Santa Milburga de Wenlock (los alejaba de las cosechas de los campesinos. Aún se le invoca para ello), San Cutberto de Lindsfarne (amansó a los pájaros salvajes que asolaban la isla Farne), San Pablo de Onsbrock (desterró a unos que destrozaban cosechas), San Orso de Aosta (en el hombro), San Kevin (permaneció tanto tiempo en oración, que los pajaron anidaban en sus manos).
Paloma: Santa Aldegunda de Maubeuge (En la imagen, en su consagración, una paloma bajó del cielo y le impuso el velo), San Heriberto de Colonia (en una procesión contra la peste, una volaba sobre él), San Celestino I, Santa Teresa, Santa Brígida, San Gregorio Magno, San Basilio, San Cirilo de Alejandría, Beato Diego José de Cádiz (en estos 7, representa al Espiritu Santo), San Severo de Barcelona (una voló sobre él en su elección como obispo), San Cuniberto de Colonia (le revela el lugar de la tumba de Santa Úrsula), San Remigio (en el bautismo de Clodoveo una paloma bajó del cielo trayendo una ampollla que no se vaciaba nunca) San Osvaldo (entregándole una carta), San José, San Joaquín (en ambos, ofrenda del Templo), Santa Columba mártir, Santa Columba Rieti (en ambas representa su nombre, es un método de identificación), San David de Gales (una, con pico de oro, le enseñó a orar y cantar; otra vez predicaba y una se posó en su hombro), Santa Regina (sostiene una corona sobre su cabeza), Santa Julia de Córcega, Santa Eulalia, Santa Devota, Santa Reparata, Santa Juana de Arco, Santa Escolástica, San Esperanza Abad (en los 7 representa sus almas, que les salió de la boca en forma de paloma al morir).
Pavo Real: San Liborio de Le Mans (uno acompañó su cortejo fúnebre y cayó muerto sobre su tumba), Santa Bárbara (una leyenda dice que los flagelos con que la azotaban se convertían en plumas de pavo real. En Oriente todavía decoran sus altares e iconos con plumas de pavo real).
Perro: Santo Domingo de Guzmán (con una antorcha o vela en la boca), San Roque, San Lázaro, San Cristóbal (como cinocéfalo), San Vito, San Domnino, Santa Margarita de Cortona, San Juan Bosco (un perro misterioso apareció varias veces a defenderlo cuando los protestantes le atacaban), San Gil (persiguiendo a la cierva que le acompañaba), Santa Maximiliana Bona (varios, muertos, que quisieron dar caza al jabalí que le acompañaba), Santa María Francisca de las 5 Llagas (el diablo la perturbaba en forma de perro rabioso), San Gordiano (arrojaron su cadáver a los perros, que no le tocaron, sino que le cuidaron sin profanarlo), San Vulpiano de Tiro (junto a un perro y una serpiente fue envuelto en una piel de toro y apaleado), San Enrique Suso (vio un perro despedazando un trapo, lo que le iluminó para ser cada día más obediente, humilde y buscar ser despreciado).
Pez: San Antonio de Padua (predicándoles), San Andrés, San Pedro (por la pesca "de hombres", además, fue pescador), San Ambrosio de Cahors, San Kentingern Mungo de Glasgow, San Maglorio, San Lupo, San Atilano de Zamora (en los 5, sostiene un anillo en las fauces, que el santo en cuestión había perdido en el mar), San Maurilio de Angers (perdió la llave de la catedral y fue hallada dentro de un pez que saltó a la barca de unos pescadores), San Benno de Meisen (con dos o un manojo de llaves en la boca: arrojó las llaves de su catedral al río, antes de entregarla al emperador excomulgado y el pez se la devolvió luego), San Ulric de Ausburgo (en una hambruna secó el rio Danubio para que los pobres pescaran fácilmente, otra leyenda dice que un viernes visitó a uno que comía carne y le convirtió la carne en pescado para que no pecara), San Zenón, San Brendan de Irlanda (estos dos últimos, pescádolos), San Rafael Arcángel (con uno sanó a Tobit), San Pablo Aureliano (un pez con una campana en la cabeza, que el rey Marco le habia negado y habia tirado al mar), San Abercio de Heriápolis (una santa le pescó uno puro, para su alimento. En realidad es una alegoría de la Iglesia escrita en su lápida).
Ratones: Santa Cutubila (suben por su hábito. Debido a su gran devoción a las almas en el Purgatorio, que suelen ser representadas como ratones, se le consagran en su santuario ratones de oro y plata. De aquí también deriva su patronazgo de los gatos. La invocan quienes tienen miedo a las ratas.), Santa Gertrudis de Nivelles (subiendo por su báculo. El diablo en forma de ratón enredaba el hilo de su rueca, para hacerla desesperar. Se le invoca contra las ratas), San Martín de Porres, San Cadog, rey de Gwynllwg (En Llanspyddid, una hambruna asoló el campo, y el santo salvó a sus seguidores al ver a un ratón que le llevó a un secreto almacén de trigo).
Salamandra: San Ananías.
Serpientes: San Amable de Riom (las dominaba con la señal de la cruz), San Patricio (las expulsó de Irlanda), San Julio Abad, Santo Domingo de Sora (en su procesión se le cuelgan serpientes vivas), San Amando de Maastricht (la obligó a regresar a su agujero con la señal de la cruz), San Benito de Nursia, San Luis Beltrán, San Juan Evangelista, San Santiago de la Marca, San Porciano, San Eduardo mártir (los seis últimos, saliendo de un cáliz envenenado), Santa Verdiana de Castelfiorentino, Santa Cristina de Bolsena, Santa Tecla, Santa Mohrail (a las cuatro les suben por el cuerpo, enroscándoseles pero sin morderlas), Santa Anatolia (la arrojaron a ellas), San Honorato de Arlés (con su oración mató las que habitaban la isla de Lerins), San Limneo (una lo mordió y sanó milagrosamente), San Román de Rouen (dio muerte a una enorme, con ayuda de un asesino. Esto dio origen al privilegio de indultar un criminal el día de San Román), San Marcos de Campania (el demonio le molestaba en esta forma).
Tigre: San Juan Brito (devoraron su cuerpo decapitado), San Alejandro de Jerusalén (no le hicieron daño en su martirio), otros mártires lo llevan también.
Toro: Santa Marciana de Cesarea, Santa Blandina de Lyon (le soltaron un toro en su martirio, que la mató a cornadas), San Antipas de Pérgamo, Santa Pelagia de Tarso, San Eustaquio y familia (los tres últimos fueron martirizados dentro de un toro de cobre al rojo vivo), San Saturnio, San Saturnino (fueron atados y arrastrados por uno), San Pedro Regalado, San Juan de Sahagún (ambos amansaron un toro bravo con la señal de la cruz), San Francisco Solano (uno muy bravo se soltó en un pueblo y el santo le habló y lo condujo por el cordón de su hábito al corral), Santa Tecla (la ataron a los cuernos de uno para que se peleara con otros toros, murió sin que la santa padeciera), Santa Trifena (martirizada por uno).
Tortuga: Beata Kateri Tekakwitha (por asociación, pues su clan era llamado "de la Tortuga")
Unicornio: Santa Águeda, Santa Justina de Padua (simboliza castidad)
Vaca: Santa Brígida de Irlanda (su vaca alimentaba a los pobres sin vaciar nunca las ubres), Santas Perpetua y Felicidad (una casi las mata en el martirio), San Brevin, Santa Urith (era ermitaña en Devon y solo se alimentaba de leche), San Medardo (le robaron la suya y el cencerro no dejó de sonar hasta que los ladrones la devolvieron arrepentidos), San Patricio (de joven cuidaba un rebaño de ellas), San Kirián de Clomagnois (desde niño una le acompañó siempre, luego de echarle su bendición), Beato Carlos el Bueno (por asistir a misa antes que nada, dejó una capa riquísima a un mujer que reclamaba su vaca robada).
Zorro: San Bonifacio de Fulda
Abejas: San Ambrosio de Milán (en su cuna unas abejas destilaron miel en su boca), San Bernardo (por la miel de sus palabras, es llamado Doctor Melífuo), San Juan Crisóstomo (también, por la dulce elocuencia de sus palabras), Santa Rita (unas misteriosas abejas blancas visitaron su cuna y luego su cadáver incorrupto), San Pablo Aureliano (amansó a unas salvajes, llevándolas a las colmenas), San Amado (las cuidaba en su huerta), Santa Pomposa (por asociación al sitio donde fundó su monasterio "Pico colmena").
Águila: San Adalberto de Praga, San Florián, San Guido, Santa Martina (todos, velando sus cadáveres), San Estanislao de Cracovia (unas águilas blancas cuidaron su cadáver desmembrado) , San Antolín de Pamiers (dos águilas blancas que velan sus reliquias), San Bertulfo, San Medardo de Noyon (en ambos, con las alas desplegadas que les sirven de paraguas), Santa Prisca, San Juan Evangelista, San Eliseo (bicéfala, significa el espíritu de doble profecía que le deja San Elías), San Gisleno (un oso robó sus ropas mientras se bañaba en un río y las águilas preservaron su modestia, no dejando acercarse a nadie mientras obligaban al oso a devolverlas).
Alondra: Santa Coleta de Corbie.
Anguila: Santa Isberga.
Araña: San Conrado de Constanza (una cayó en el cáliz mientras decía misa y, pensando era venenosa, sumió la Sangre, por su fe), San Norberto de Prémontré (sobre un cáliz), San Félix de Nola (cuando lo perseguian, el santo se escondió en una cueva y una araña hizo su tela rápidamente, por lo que no le buscaron alli, pensando que nadie habría podido entrar sin romper la tela).
Asno: San Auberto de Cambrai (cargado con dos alforjas o cestos de panes), San Antonio de Padua (arrodillado ante la Custodia), San Florencio, San Francisco de Paula, San Germán de Auxerre (uno, al morir su dueño, se apegó al santo para siempre), San Hilario, San Juan Crisóstomo, San Filiberto de Jumiéges, San Rieul, San Seine, Santa Austreberta, Santa Francisca Romana, San Balaam (parlante), Sagrada Familia, San Ramón Nonnato (su cuerpo fue puesto sobre uno, que decidió en que iglesia sería enterrado), San Leonardo de Noblac (montado sobre uno; el rey Clotario le prometió darle todo el terreno que pudiera recorrer montado sobre uno, así nacieron el monaterio y la ciudad de Noblac).
Ave muerta y resucitada: San Aldebrando (un perdigón), San Nicolás de Tolentino (una perdiz).
Avispas: San Marcos de Arethusa (fue untado con miel, suspendido de un árbol de dejado morir por las picaduras de avispas venenosas)
Ballena: San Jonás; San Macuto.
Basilisco: San Siro de Génova (pisoteado), San Trifón (domesticado), San Juan de Réome (extraído de un pozo y encadenado)
Buey: San Cornelio, San Gonzalo, San Guido de Arlecht, San Leonardo, San Lucas Evangelista, San Sebaldo, San Silvestre, Santo Tomás de Aquino (le llamaban el buey mudo, por su corpulencia y mansedumbre), San Wendelin, Santa Frideswida, San Bovo, San Eugenio, San Fursey (estos últimos, dos bueyes), San Herbot (solo la cabeza), San Isidro Labrador (pareja, tirada por un ángel), San Eliseo (araba con doce yuntas cuando San Elías le llamó), San Demetrio Bassaravob (su cuerpo fue puesto sobre uno, que decidió en que iglesia sería enterrado).
Búfalo: San Calais, San Renan de Bretaña (dos tiraron el carro con su cadáver y la mujer pagana que le había acusado en vida les golpeó en un cuerno y al instante se la tragó la tierra en medio de fuego y humo).
Caballo: San Crisógono, San Constantino, San Eloy (una pata de caballo, por presuntuoso, un joven hizo el milagro de herrar un caballo cortandole la pata y poniendola en su sitio después), San Eustaquio, San Jorge (cargando contra el dragón o contra los sarracenos), San Huberto (patrón de los cazadores), Santiago el Mayor, San Longinos (al pie de la cruz), San Martín de Tours (compartiendo su manto), San Pablo (desmontado en el camino de Damasco), San Foibamón, San Segundo, San Teodoro, San Wendelin, San Alejandro, Santa Irene (acostado), San Conon, San Alejandro, Santa Engracia, Santa Quinta de Alejandría (a los cuatro últimos, arrastrándoles por el suelo), San Andrés Corsini (en la batalla de Anghiari se le vio volando en uno, como a Santiago en Clavijo), San Elías (halando un carro de fuego), San Kirián (resucitó uno, cuando era niño), San Hipólito (descuartizándole), San Sansón de Dol (resucitó a un niño que cayó de un caballo), San Equicio (pasó muchos años viajando predicando y a veces desde el mismo caballo predicaba), San Norberto (un rayo lo tumbó de su caballo, haciéndole convertirse, en agradecimiento por salvar la vida), San Mauricio, San Mercurio (derribando a Juliano el Apóstata), San Fernando, Santa Juana de Arco, San Obizio de Nardo, San Segundo de Asti, San Nicetas y santos soldados en general.
Cabra: San Juan María Vianney (de niño fue pastor de 3 cabras y un asno).
Camello: San Afrodisio de Béziers, San Menas de Cute (10, arrodillados), Santos Cosme y Damián (parlante), Santos Juliano y Cronión (sobre uno, siendo apaleados).
Cangrejo: San Francisco Javier (devolviendo a la playa un crucifijo caído al mar).
Caracol: San Germán el Paralítico (A sus pies un caracol. Alegoría a su más famoso poema comienza comparando su intelecto con la lentitud de un caracol, con respecto a los filósofos. Se le atribuye el "Alma Redemptoris Mater").
Cerdo: San Antonio abad (los monjes antonianos tenían privilegio de tener cerdos, les ponían una campanilla para que nadie los tocara, de ahí, pasó a las imágenes de San Antón), San Valentín, San Blas (ofrenda hecha al santo encarcelado por una pobre).
Cierva: San Fructuoso, San Isidoro, San Lupo, San Wulmaro, San Amador, San Esteban, San Mamés, Santa Genoveva de Brabante (a los cuatro últimos los amamantó una), San Gil (perseguida por cazadores), San Goar (tres), San Calogero de Sacca (una cierva herida se refugió en su gruta), San Kevin (una le acompañaba en su gruta).
Ciervo: San Abundio de Como, Santa Catalina de Suecia (la defendió de un noble que la acosaba), San Huberto, San Eustaquio, San Meinulfo (estos tres, con cruz entre las astas), San Félix de Valois (con cruz roja y azul entre las astas), San Bassiano de Lodi (tres), San Mungo (una pareja tirando de un arado), San Donaciano, San Lamberto, San Osvaldo, San Procopio de Bohemia, San Régulo de Senlis, Santa Mildred, Santa Ida de Herdzfeld (con astas luminosas), San Edern de Bretaña; San Thelleau (ambos cabalgando sobre uno), San Julián Hospitalario (uno le profetizó que santo mataría a sus propios padres).
Cigüeña: San Agrícola de Aviñón (tritura una serpiente con el pico), Santa Faraílde de Gand.
Cisne: San Cutberto; San Hugo de Lincoln (amansó a uno salvaje y peligroso que, desde entonces, le acompañó siempre).
Cocodrilo: San Teodoro de Egipto.
Comadreja: Beato Jordán de Sajonia (podría ser por su inteligencia, según un criterio muy acertado de Meldelen, colaboradora).
Conejo (o liebre): San Alberto de Siena (refugiado en la manga de su hábito), San Marculfo de Nanteuil, Santa Genoveva de Brabante (le hacían compañía)
Cordero u oveja: San Abraham el Patriarca (era pastor antes que Dios le llamara), San Juan Bautista (alusión a su anuncio de Cristo como "Cordero de Dios"), Santa Inés, San Francisco de Paula, San Francisco de Asís, San Alano, Beata Jacqueline (San Francisco le regaló un corderito que la acompañaa a todos los sitios, incluido a misa), Santa Teodora o Teodoro (con leche de oveja crió al hijo que le achacaron), San Joaquín (retirado entre pastores), San Cutberto de Lindsfarne (fue pastor), San Wendelin, Santa Genoveva, Santa Solemnia, Beatos Francisco y Jacinta de Fátima, San Benito de Palermo, Santa Germana de Cousin, San Serafín de Montegranaro, Santa Margarita la Descalza, Santa Brígida de Kildare, San Pedro Chanel, San Sebastián de Aparicio, San Benito el pastor, Santa Coleta de Corbie, San Juancito Costa, San Pascual Baylon, Santa Regina, Santa Solange de Borgues, Santa Panacea, San Zozonte (todos fueron pastores siempre, o de niños; los cuatro últimos, además mártires).
Cuervo: San Benito de Nursia (uno arrebató un pastel envenenado que le enviaban al Santo), San Elías, San Pablo ermitaño, San Erasmo (los tres, con pan en el pico, para alimentarles), San Expedito (pisado), San Vicente (defienden su cadáver), Santa Ida de Toggenburg (con un anillo en el pico, que robó a la santa. Lo halló un cazador, y el esposo de Ida pensó que esta le engañaba, por lo que la arrojó por una acantilado. Ida quedó ilesa, pero desde entonces llevó vida de eremita reclusa), San Meinrado (dos), San Bonifacio de Fulda.
Delfín: Santa Petronila (es la protectora de los "Delfines", príncipes herederos de la corona francesa), San Basilio "el joven" (lo devolvieron sano a tierra cuando lo lanzaron al mar).
Dragón: San Adelfo de Neuviller, San Jorge, Santa Isabel de Shönau (tenía grendes tentaciones, que logró vencer), Santa Marta (amansado, a veces es un cocodrilo), Santa Margarita de Antioquía (saliendo de él), Santa Marina de Ourense, San Armelio (exorcizado, atado con su estola), San Beato (destruyó a uno que vivía en una cueva en Thun y luego la ocupó el santo), San Bernardo de Menthon, San Clemente de Metz, San Mercurial de Forli, San Rufillo de Forlimpopoli, San Domiciano (en ambos, atravesado con una cruz), Santa Domenica de Campania (simboliza el pecado que ella superó con su martirio), Santa Victoria (encadenado), San Pablo Aureliano (mató a uno en Batz), San Amando (sobre uno), San Donato (alejó a uno de su cueva), San Marcelo de París (mató uno), San Teodoro de Heraclea, Santa Juliana de Nicomedia (la mayoría de las veces en vez del dragón, es un diablo).
Escorpiones: Santa Tecla, Santa Mohrail (en su martirio, las echaron a ellos, pero no las picaron), San Terenciano de Todi (con ellos lo martirizaron), San Julián de Anarzaba (fue metido en un saco lleno de escorpiones y arrojado al mar).
Gallina: Santa Begga (incubando siete polluelos), Santo Domingo de la Cazada, Santa Emeline de Boulencourt (era la encargada de la granja de su monasterio, donde alcanzo grandes gracias místicas).
Gallo: San Pedro Apóstol, San Vito.
Gaviotas: San Cutberto de Lindsfarne (ellas los inspiraron a construir una pequeña ermita en la isla hoy llamada Saint Cutberth)
Halcón: San Agilulfo de Colonia, San Osvaldo Rey (murió durante una sesión de cetrería), San Bavón de Gante (practicaba la cetrería).
Hiena: San Macario de Alejandría (era tanta su caridad, que sanó, con su saliva, a una cría de hiena)
Jabalí: Santa Kew de Wryry (domó una bestia, que otras versiones ponen como un oso, en la región de Cornwall), San Pablo Aureliano (domó uno en Lyon), Santa Maximiliana Bona (dominó uno, que le acompañaba siempre), San Conrado de Piacenza (cazando uno incendió un monte, por lo que culparon a otro. El santo hizo penitencia toda su vida por ello)
Langostas (o grillos): San Gregorio Ostiense (hizo desaparecer una plaga de estos insectos en Nájera y Logroño)
León: San Adrián de Nicomedia, San Agapito de Preneste (dos; después de varios tormentos lo arrojaron a los leones, que no le tocaron), Santos Abdón y Senén (no los tocaron en su martirio), San Blas (dos, los protegió de unos cazadores), San Antonio Abad (dos le ayudaron a enterrar a San Pablo Ermitaño), San Pafnucio (dos le ayudaron a enterrar a San Onofre) San Jerónimo (en la cueva de Belén, uno le acompañó), San Marcos Evangelista, (un león alado, por uno de los seres vivientes del apocalipsis), Santos Taraco, Probo y Andrónico, (no les hicieron daño, incluso le lamieron las heridas de los pies), San Mamés (no le hizo daño, incluso le lamió las heridas de los pies), San Publio (fue devorado por dos leones), Santa Daría (uno se escapó de su jaula para protegerla de una violación), San Germánico (con su mano en la boca del animal, pues este no quería hacerle daño y el santo lo provocó), Santos Primo y Feliciano (les lamieron las heridas de los pies), San Daniel Profeta (lo echaron a un foso de leones, que lo respetaron), Santa Pelagia de Tarso (cuatro, que velaron sus reliquias hasta ser enterradas), Santa Eugenia (Eugenio) de Cartago (vivía como monje, fue acusada de violación y arrojada a los leones; alli descubrió su pecho femenino y fue liberada), San Gerásimo (curó a uno de una espina en una pata y vivió con el en la cueva; por error en el nombre, se lo han puesto a San Jerónimo), San Basilio "el joven" (lo respetó en su martirio), Santa Blandina de Lyon, San Maturo, San Atalo, San Alejandro, San Póntico (compañeros de Blandina), Santa Dominga de Campania, San Justino Mártir, Santas Justa y Rufina, Santa Martina, Santa Tecla, Santa Prisca, Santa Eufemia, Santa Taciana, Santa Marciana, Santa Gliceria, Santa Lelia, y santos mártires en general.
Leopardo: Santos Tirano y Cenobio (no les hicieron daño, aunque los santos los provocaban), Santa Marciana (en su martirio, uno le mordió el cuello)
Leviatán o mounstruo marino: San Columbano de Iona (con su bendición ahuyentó al "mounstruo del Lago Ness"), San Calistrato (atravesó el mar sobre uno, para animar a los soldados cristianos de Cartago)
Lobo: San Francisco de Asís (domesticó uno que asolaba los bosques de Asís), Santa Columba, Santa Austreberta (devorando el asno del convento), San Gens (tirando de un arado junto a un buey), San Rómulo de Fiésole (una loba lo amamantó de bebé, y por eso le pusieron el nombre en el bautismo, recordando al legendario Rómulo), San Franco de Assergi (con un niño en las fauces, pues resucitó a un bebé casi devorado por un lobo), San Sergio de Radonezh (amansó a los salvajes), San Conrado de Offida (protegió y amansó a uno muy fiero, que sirvió de guardián en el convento por siempre), San Ricardo de Santa Ana (de niño uno lo atacó y Santa Ana lo sanó milagrosamente), San Wolfang (por asociación, pues su nombre significa "el que anda como un lobo"), San Edgar, rey (libró a Northumbria del azote de los lobos salvajes), San Herbert de Bretaña (uno devoró el burro de un monje y el santo se arrodilló en la oración y el lobo haló el carro), Santa Clara de Asís (salvó a un niño atacado por un lobo, cuando la madre del niño la invocó), San Remaclus de Stavelot (uno se comió a su cabalgadura y el santo montó sobre él).
Lobo marino: Santa Tecla (la arrojaron a un foso, pero las bestias murieron antes de tocarla)
Mirlo: San Benito (el diablo pretendía distraerlo de sus oraciones y trabajo de esta forma)
Moscas: San Narciso de Gerona (en la invasión napoeónica, unas misteriosas moscas salieron de su sepulro, cegando a los soldados franceses.)
Mula: San Félix de Abbir (lo ataron sobre una, para que llegase vivo al martirio, de anciano que era), San Guillermo de Fenoglio (en las manos, una pata de mula arrancada. Se le suele lamar el santo "del jamón"), Santa Nennoc o Cándida de Plomme
Nutria: San Cutberto de Lindisfarne (adoctumbraba a bañarse en el mar, y cuando hacía frío, dos nutrias le daban calor)
Oca o Ganso: Santa Amelberga de Gante, Santa Vereburga (resucitó un ganso salvaje que un sirviente había asado por error), San Baudolino de Alessandría (alejó unas ocas que destrozaban cosechas en Foro), San Cerbone (bendijo unos gansos salvajes que le acompañaron mansos hasta Roma, como regalo al Papa)
Oso: Santa Columba de Sens, Santa Corcica (en los dos casos un oso se escapó de su jaula para protegerlas de una violación), San Corbiniano (uno se comió el caballo del santo, que lo cargó con sus bultos y se montó sobre él), San Franco de Assergi (una osa le condujo a su cueva, donde el santo llevó vida eremítica más escondido aún), San Columbano de Luxeuil, San Viance (tirando de un arado junto a un buey) Santa Ricarda de Germania, San Maximinio de Tréveris (uno lo acompañó en su viaje a Roma), San Agapio (no le hizo daño en su martirio), San Agapio de Palestina (él mismo se abalanzó a una osa que lo hirió de muerte), Santa Eufemia de Calcedonia (uno devoró su cuerpo), Santa Ripsimena de Armenia (un oso coronado, pues su asesino, el rey Tiridates, se convirtió en oso hasta que San Gregorio el Iluminado oró por él), Santos Abdón y Senén (no les hizo daño en su martirio), San Sergio de Radonezh (domesticó a los que habían en el bosque donde se retiró como eremita), San Cerbone (el rey Totila lo desterró a un bosque a que los osos lo asesinaran y uno de ellos se acercó mansamente y le lamía los pies, protegiéndole), San Vedasto de Arras (domesticó a uno que en Arras, atacaba a las personas y animales), San Gisleno (uno le enseñó el sitio donde fundar su monasterio), San Gall (encontró una gruta habitada por un oso y le ordenó le trjese leña y luego se marchara), San Romedio (uno se comió su caballo y el santo le puso los arreos, usándolo de cabalgadura y dejándolo libre luego), San Gisleno (uno le robó sus ropas y unas águlias lo obligaron a devrolverlas).
Pájaro: Santa Cecilia (en las primeras representaciones medievales, aparecía con un ruiseñor o jilguero, por lo de la armonía y la música, hoy no se representa así), San Ricardo de Chichester (los protege bajo su capa, pues prohibió los mataran para alimentarle), Santa Rosa de Lima (un ruiseñor cantaba en su ventana en la Cuaresma), Santa Milburga de Wenlock (los alejaba de las cosechas de los campesinos. Aún se le invoca para ello), San Cutberto de Lindsfarne (amansó a los pájaros salvajes que asolaban la isla Farne), San Pablo de Onsbrock (desterró a unos que destrozaban cosechas), San Orso de Aosta (en el hombro), San Kevin (permaneció tanto tiempo en oración, que los pajaron anidaban en sus manos).
Paloma: Santa Aldegunda de Maubeuge (En la imagen, en su consagración, una paloma bajó del cielo y le impuso el velo), San Heriberto de Colonia (en una procesión contra la peste, una volaba sobre él), San Celestino I, Santa Teresa, Santa Brígida, San Gregorio Magno, San Basilio, San Cirilo de Alejandría, Beato Diego José de Cádiz (en estos 7, representa al Espiritu Santo), San Severo de Barcelona (una voló sobre él en su elección como obispo), San Cuniberto de Colonia (le revela el lugar de la tumba de Santa Úrsula), San Remigio (en el bautismo de Clodoveo una paloma bajó del cielo trayendo una ampollla que no se vaciaba nunca) San Osvaldo (entregándole una carta), San José, San Joaquín (en ambos, ofrenda del Templo), Santa Columba mártir, Santa Columba Rieti (en ambas representa su nombre, es un método de identificación), San David de Gales (una, con pico de oro, le enseñó a orar y cantar; otra vez predicaba y una se posó en su hombro), Santa Regina (sostiene una corona sobre su cabeza), Santa Julia de Córcega, Santa Eulalia, Santa Devota, Santa Reparata, Santa Juana de Arco, Santa Escolástica, San Esperanza Abad (en los 7 representa sus almas, que les salió de la boca en forma de paloma al morir).
Pavo Real: San Liborio de Le Mans (uno acompañó su cortejo fúnebre y cayó muerto sobre su tumba), Santa Bárbara (una leyenda dice que los flagelos con que la azotaban se convertían en plumas de pavo real. En Oriente todavía decoran sus altares e iconos con plumas de pavo real).
Perro: Santo Domingo de Guzmán (con una antorcha o vela en la boca), San Roque, San Lázaro, San Cristóbal (como cinocéfalo), San Vito, San Domnino, Santa Margarita de Cortona, San Juan Bosco (un perro misterioso apareció varias veces a defenderlo cuando los protestantes le atacaban), San Gil (persiguiendo a la cierva que le acompañaba), Santa Maximiliana Bona (varios, muertos, que quisieron dar caza al jabalí que le acompañaba), Santa María Francisca de las 5 Llagas (el diablo la perturbaba en forma de perro rabioso), San Gordiano (arrojaron su cadáver a los perros, que no le tocaron, sino que le cuidaron sin profanarlo), San Vulpiano de Tiro (junto a un perro y una serpiente fue envuelto en una piel de toro y apaleado), San Enrique Suso (vio un perro despedazando un trapo, lo que le iluminó para ser cada día más obediente, humilde y buscar ser despreciado).
Pez: San Antonio de Padua (predicándoles), San Andrés, San Pedro (por la pesca "de hombres", además, fue pescador), San Ambrosio de Cahors, San Kentingern Mungo de Glasgow, San Maglorio, San Lupo, San Atilano de Zamora (en los 5, sostiene un anillo en las fauces, que el santo en cuestión había perdido en el mar), San Maurilio de Angers (perdió la llave de la catedral y fue hallada dentro de un pez que saltó a la barca de unos pescadores), San Benno de Meisen (con dos o un manojo de llaves en la boca: arrojó las llaves de su catedral al río, antes de entregarla al emperador excomulgado y el pez se la devolvió luego), San Ulric de Ausburgo (en una hambruna secó el rio Danubio para que los pobres pescaran fácilmente, otra leyenda dice que un viernes visitó a uno que comía carne y le convirtió la carne en pescado para que no pecara), San Zenón, San Brendan de Irlanda (estos dos últimos, pescádolos), San Rafael Arcángel (con uno sanó a Tobit), San Pablo Aureliano (un pez con una campana en la cabeza, que el rey Marco le habia negado y habia tirado al mar), San Abercio de Heriápolis (una santa le pescó uno puro, para su alimento. En realidad es una alegoría de la Iglesia escrita en su lápida).
Ratones: Santa Cutubila (suben por su hábito. Debido a su gran devoción a las almas en el Purgatorio, que suelen ser representadas como ratones, se le consagran en su santuario ratones de oro y plata. De aquí también deriva su patronazgo de los gatos. La invocan quienes tienen miedo a las ratas.), Santa Gertrudis de Nivelles (subiendo por su báculo. El diablo en forma de ratón enredaba el hilo de su rueca, para hacerla desesperar. Se le invoca contra las ratas), San Martín de Porres, San Cadog, rey de Gwynllwg (En Llanspyddid, una hambruna asoló el campo, y el santo salvó a sus seguidores al ver a un ratón que le llevó a un secreto almacén de trigo).
Salamandra: San Ananías.
Serpientes: San Amable de Riom (las dominaba con la señal de la cruz), San Patricio (las expulsó de Irlanda), San Julio Abad, Santo Domingo de Sora (en su procesión se le cuelgan serpientes vivas), San Amando de Maastricht (la obligó a regresar a su agujero con la señal de la cruz), San Benito de Nursia, San Luis Beltrán, San Juan Evangelista, San Santiago de la Marca, San Porciano, San Eduardo mártir (los seis últimos, saliendo de un cáliz envenenado), Santa Verdiana de Castelfiorentino, Santa Cristina de Bolsena, Santa Tecla, Santa Mohrail (a las cuatro les suben por el cuerpo, enroscándoseles pero sin morderlas), Santa Anatolia (la arrojaron a ellas), San Honorato de Arlés (con su oración mató las que habitaban la isla de Lerins), San Limneo (una lo mordió y sanó milagrosamente), San Román de Rouen (dio muerte a una enorme, con ayuda de un asesino. Esto dio origen al privilegio de indultar un criminal el día de San Román), San Marcos de Campania (el demonio le molestaba en esta forma).
Tigre: San Juan Brito (devoraron su cuerpo decapitado), San Alejandro de Jerusalén (no le hicieron daño en su martirio), otros mártires lo llevan también.
Toro: Santa Marciana de Cesarea, Santa Blandina de Lyon (le soltaron un toro en su martirio, que la mató a cornadas), San Antipas de Pérgamo, Santa Pelagia de Tarso, San Eustaquio y familia (los tres últimos fueron martirizados dentro de un toro de cobre al rojo vivo), San Saturnio, San Saturnino (fueron atados y arrastrados por uno), San Pedro Regalado, San Juan de Sahagún (ambos amansaron un toro bravo con la señal de la cruz), San Francisco Solano (uno muy bravo se soltó en un pueblo y el santo le habló y lo condujo por el cordón de su hábito al corral), Santa Tecla (la ataron a los cuernos de uno para que se peleara con otros toros, murió sin que la santa padeciera), Santa Trifena (martirizada por uno).
Tortuga: Beata Kateri Tekakwitha (por asociación, pues su clan era llamado "de la Tortuga")
Unicornio: Santa Águeda, Santa Justina de Padua (simboliza castidad)
Vaca: Santa Brígida de Irlanda (su vaca alimentaba a los pobres sin vaciar nunca las ubres), Santas Perpetua y Felicidad (una casi las mata en el martirio), San Brevin, Santa Urith (era ermitaña en Devon y solo se alimentaba de leche), San Medardo (le robaron la suya y el cencerro no dejó de sonar hasta que los ladrones la devolvieron arrepentidos), San Patricio (de joven cuidaba un rebaño de ellas), San Kirián de Clomagnois (desde niño una le acompañó siempre, luego de echarle su bendición), Beato Carlos el Bueno (por asistir a misa antes que nada, dejó una capa riquísima a un mujer que reclamaba su vaca robada).
Zorro: San Bonifacio de Fulda
lunes, 17 de noviembre de 2014
El burro y el pozo
147.- Un día, el burro de un campesino se cayó en un pozo. El animal lloró fuertemente por horas, mientras el campesino trataba de buscar algo que hacer. Finalmente, el campesino decidió que el burro ya estaba viejo y el pozo ya estaba seco y necesitaba ser tapado de todas formas; que realmente no valía la pena sacar al burro del pozo. Invitó a todos sus vecinos para que vinieran a ayudarle. Cada uno agarró una pala y empezaron a tirarle tierra al pozo. El burro se dio cuenta de lo que estaba pasando y lloró horriblemente.
Luego, para sorpresa de todos, se aquietó después de unas cuantas paladas de tierra. El campesino finalmente miró al fondo del pozo y se sorprendió de lo que vio… con cada palada de tierra, el burro estaba haciendo algo increíble:
Se sacudía la tierra y daba un paso encima de la tierra. Muy pronto todo el mundo vio sorprendido cómo el burro llegó hasta la boca del pozo, pasó por encima del borde y salió trotando…
La vida va a tirarte tierra, todo tipo de tierra... el truco para salir del pozo es sacudírsela y usarla para dar un paso hacia arriba. Cada uno de nuestros problemas es un escalón hacia arriba. Podemos salir de los más profundos huecos si no nos damos por vencidos...Usa la tierra que te echan para salir adelante
Luego, para sorpresa de todos, se aquietó después de unas cuantas paladas de tierra. El campesino finalmente miró al fondo del pozo y se sorprendió de lo que vio… con cada palada de tierra, el burro estaba haciendo algo increíble:
Se sacudía la tierra y daba un paso encima de la tierra. Muy pronto todo el mundo vio sorprendido cómo el burro llegó hasta la boca del pozo, pasó por encima del borde y salió trotando…
La vida va a tirarte tierra, todo tipo de tierra... el truco para salir del pozo es sacudírsela y usarla para dar un paso hacia arriba. Cada uno de nuestros problemas es un escalón hacia arriba. Podemos salir de los más profundos huecos si no nos damos por vencidos...Usa la tierra que te echan para salir adelante
La gata de Karl Lagerfeld
146.- Acabo de leer una noticia sobre un felino famoso: que Choupette, el gatito de Karl Lagerfeld, tiene libro. Y copio del blog de El país:
Karl Lagerfeld siempre ha pasado por ser un tipo excéntrico. Con la singular estética de Amadeus neogótico que le da el ir constantemente vestido de negro y con el pelo blanco recogido en una peluca, el director creativo de Chanel el tipo de persona que, por ejemplo, necesita tener en todo momento una Coca-Cola o una Pepsi en un vaso de cristal de Baccarat a mano, y ay de a quien se le olvide renovársela cada media hora. Es un tipo de excentrecidad que se asume y, por tanto, no suele llegar a los titulares.
Hasta que llegó Choupette. En una entrevista con la web especializada WWD, Lagerfeld se ha explayado sobre la inquietante obsesión que tiene hacia su gata siamesa, una flamante felina que come en la mesa con él todos los días, a la que ha regalado un iPad y que es el objeto de los cuidados de dos asistentas (una para la noche, otra para el día) que la vigilan cuando él no está en casa. Estas dos improvisadas veterinarias tienen también la obligación de apuntar todo lo que hace en un diario que, en los últimos nueve meses, ha alcanzado las 600 páginas.
"Está mantenida como una mujer", asevera Lagerfeld. "Tiene una personalidad muy fuerte. Come y cena su propia comida en la mesa conmigo, todos los días, porque no quiere comer en el suelo. Duerme en un cojín y hasta sabe usar un iPad. Creo que sería divertido hacer un libro con su diario". Internet, claro, se ha derretido en amor a la gatita bañada en decadente opulencia.
Cuesta saber hasta qué punto el éxito de Mme. Choupette Lagerfeld se debe a la extraña obsesión de Internet con los gatos; cuánto a que es el primer atisbo del corazón de su dueño, que no hace mucho había dicho que no quería tener hijos ("sería muy duro tener una hija fea") y cuánto es por méritos propios. Pero este está siendo su día. Lleva unas 24 horas convertida en un fenómeno viral, de forma más efectiva que cuando, el 10 de mayo, Lagerfeld tuiteó una foto de l'iPet precisamente con el iPad.
Los orígenes de Choupette son lóbregos. Pertenecía al modelo -y musa de Lagerfeld- Baptiste Giabiconi, que la dejó al cuidado del diseñador mientras se iba dos semanas de viaje. A la vuelta, Largerfeld se negó a devolvérsela. "Era demasiado mona"
Karl Lagerfeld siempre ha pasado por ser un tipo excéntrico. Con la singular estética de Amadeus neogótico que le da el ir constantemente vestido de negro y con el pelo blanco recogido en una peluca, el director creativo de Chanel el tipo de persona que, por ejemplo, necesita tener en todo momento una Coca-Cola o una Pepsi en un vaso de cristal de Baccarat a mano, y ay de a quien se le olvide renovársela cada media hora. Es un tipo de excentrecidad que se asume y, por tanto, no suele llegar a los titulares.
Hasta que llegó Choupette. En una entrevista con la web especializada WWD, Lagerfeld se ha explayado sobre la inquietante obsesión que tiene hacia su gata siamesa, una flamante felina que come en la mesa con él todos los días, a la que ha regalado un iPad y que es el objeto de los cuidados de dos asistentas (una para la noche, otra para el día) que la vigilan cuando él no está en casa. Estas dos improvisadas veterinarias tienen también la obligación de apuntar todo lo que hace en un diario que, en los últimos nueve meses, ha alcanzado las 600 páginas.
"Está mantenida como una mujer", asevera Lagerfeld. "Tiene una personalidad muy fuerte. Come y cena su propia comida en la mesa conmigo, todos los días, porque no quiere comer en el suelo. Duerme en un cojín y hasta sabe usar un iPad. Creo que sería divertido hacer un libro con su diario". Internet, claro, se ha derretido en amor a la gatita bañada en decadente opulencia.
Cuesta saber hasta qué punto el éxito de Mme. Choupette Lagerfeld se debe a la extraña obsesión de Internet con los gatos; cuánto a que es el primer atisbo del corazón de su dueño, que no hace mucho había dicho que no quería tener hijos ("sería muy duro tener una hija fea") y cuánto es por méritos propios. Pero este está siendo su día. Lleva unas 24 horas convertida en un fenómeno viral, de forma más efectiva que cuando, el 10 de mayo, Lagerfeld tuiteó una foto de l'iPet precisamente con el iPad.
Los orígenes de Choupette son lóbregos. Pertenecía al modelo -y musa de Lagerfeld- Baptiste Giabiconi, que la dejó al cuidado del diseñador mientras se iba dos semanas de viaje. A la vuelta, Largerfeld se negó a devolvérsela. "Era demasiado mona"
miércoles, 22 de octubre de 2014
Excálibur y el ébola,
145.-Teresa
Romero fue la primera contagiada de ébola en España y en Europa. Esta técnico
sanitaria lucense de 44 años se contagió
de la enfermedad tras atender al religioso Manuel García Viejo, de 69 años y sacerdote de la Orden
Hospitalaria San Juan de Dios.
Ella es ingresada en el hospital
Carlos III y su marido Javier Limón es puesto en observación también allí, mientras
pide a España entera que impidan el sacrifico de su perro Excálibur por el
riesgo de que pudiera haber resultado contagiado. Una ola de solidaridad con el animal se
propaga a través de las redes sociales, pero de nada valió. El perro fue vilmente
sacrificado con un dardo envenenado sin ningún estudio que avalase tal
actuación, e incinerado posteriormente.
Pero en EUA una enfermera, Nina Pham,
resultó también contagiada
tras cuidar a un enfermo de ébola. Desde que ella fue internada las autoridades se hicieron
cargo de ‘Bentley’, su perrito, lo
aislaron en unas instalaciones para el cuidado de animales y están analizando su orina y excrementos en busca de restros de ébola. El
alcalde de Dallas, Mike Rawlings, explicó entonces que los protocolos
establecidos preveían no sacrificar al
perro mientras no mostrara síntomas de ébola. “El perro es muy
importante para la paciente y queremos que esté a salvo”, manifestó.
Pero
¿quién es Excálibur? José Ramón Romero, hermano de Teresa, llegó a contar que su historia se
inició el año 2002, cuando éste visitó a uno de sus amigos zamoranos, natural
de Villaseco. Allí vio al cachorro -mezcla de american stanford y pitbull- "Joder,
¡qué guapo!", reaccionó al verlo. El dueño lo vio tan ilusionado que se lo
entregó sin dudarlo: "Llevátelo, nosotros no nos lo podemos quedar". Por entonces, el can ya respondía al nombre de
Excálibur. Le contaron que lo había encontrado perdido en la ribera del Duero, abandonado, un poco destartalado
pero sano y que se recuperó muy rápido. José
Ramón lo apodaría simplemente "Bur". "Los veterinarios siempre
dicen que si el nombre es largo, los perros solo se quedan con las últimas
sílabas", justifica.
Así fue como el nuevo propietario colocó el chip
reglamentario a "Bur" en la Semana Santa de 2002. La mascota se
convertiría en un amigo inseparable. No solo de José Ramón, sino también de su
grupo punk madrileño Lágrimas y Rabia, un fijo en sus giras. "Nos íbamos a
Cataluña o al País Vasco y él siempre venía con nosotros", relata el
gallego.
Cómo Excalibur se convirtió en mascota de Teresa
Romero y su marido Javier Limón "es una historia muy larga". José
Ramón reconoce que "llegó un momento en que no me podía ya hacer cargo del
perro". Teresa y Javier "se habían enamorado" del can y
decidieron quedárselo. Corría el año 2007.
A toda la
familia le dolió muchísimo que las
autoridades sanitarias sacrificaran a Excalibur "No sé qué decir, solo que
me lo han matado por la cara", "tenía que haber sido puesto en
cuarentena". Merecía una oportunidad, piensa la familia Romero. La
investigadora zamorana María Jara reflejaba la perspectiva científica: "El
estudio de Excalibur habría sido útil a la sociedad.
He aquí un triste caso claro de
maltrato animal por las autoridades sanitarias (para mí y para mucha gente)
martes, 21 de octubre de 2014
Nietzsche y el caballo
143.- La gélida mañana del 3 de enero de 1889, Friedrich Nietzsche abandona su casa de la calle de Carlo Alberto, en Turín, para dirigirse al centro de la ciudad. Cruza la plaza del mismo nombre y se topa con un cochero que azota con el látigo a su caballo, exhausto, resignado y doblegado en el suelo. Nietzsche, hondamente dolido, herido en lo más profundo de su alma, se arroja sobre el caballo y lo abraza.
Unos dicen que le susurró palabras que solo el caballo podía oír. Otros dicen que permaneció en silencio, llorando, o quizá hablándole sin pronunciar palabra pidiéndole perdón en nombre de la humanidad, pero todos coinciden en que fue un episodio crucial en la vida del filósofo alemán: el momento en el que perdió lo que llamamos “razón” y, de alguna forma, rompió para siempre con esa misma humanidad, que lo consideró desde entonces un perturbado. Sus últimas palabras son: “Madre, soy tonto” (“Mutter ich bin dumm”).
Permaneció junto al caballo hasta que fue detenido por desórdenes públicos.
Unos dicen que le susurró palabras que solo el caballo podía oír. Otros dicen que permaneció en silencio, llorando, o quizá hablándole sin pronunciar palabra pidiéndole perdón en nombre de la humanidad, pero todos coinciden en que fue un episodio crucial en la vida del filósofo alemán: el momento en el que perdió lo que llamamos “razón” y, de alguna forma, rompió para siempre con esa misma humanidad, que lo consideró desde entonces un perturbado. Sus últimas palabras son: “Madre, soy tonto” (“Mutter ich bin dumm”).
Permaneció junto al caballo hasta que fue detenido por desórdenes públicos.
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